Orientaciones para la rutina escolar en casa ¿Cómo se organizaría la nueva rutina escolar familiar?

 ¿Cómo se organizaría la nueva rutina escolar familiar?

Las familias debemos organizar una rutina escolar donde el educando, se sienta que sigue vinculado a su proceso educativo que tenía cuando asistía a la escuela, solo que ahora no sale de casa. 

En la Mañana 

Mantener el horario de levantarse temprano.

Al levantarse, darle una gótica de amor a nuestro cuerpo: cepillarse los dientes, hacer las necesidades fisiológicas, bañarse, peinarse y colocarse el uniforme o una ropa de diario limpia y bien acomodadita.

 Todo esto con el fin de que sentirnos que vamos a realizar cosas diferentes y agradables, por lo cual nos vamos a poner bonitos. Arreglar la habitación: tender la cama y colocar los objetos personales en su puesto, el cuarto debe quedar ordenado, eso nos enseña a futuro la importancia de ordenar los entornos para generar espacios de vida saludables. 

Luego tomar agua y desayunar con los miembros de la familia. Ayudar a recoger la mesa, esto lo puede hacer cualquier educando después de los tres años, más aún si éste será el espacio de estudio. 

Prepararse para el plan de estudio, organizado entre los docentes, las familias y los estudiantes. Recordemos que la participación protagónica garantiza el consenso y por ende el éxito de los planes de trabajo. 

Uniformados y bien bonitos, se dispone el espacio donde se desarrollarán las actividades académicas, dependiendo del nivel y la modalidad al que pertenezca el educando. Puede darse que existen estudiantes de diferentes edades, por lo que la familia, debe organizar los tiempos y actividades.


Para los más pequeños, de los niveles de educación inicial,
el espacio debe permitir que el educando pueda desarrollar sus actividades de manera lúdica, es decir, divertidas, con muchos colores, donde se estimule el acto de hablar, escuchar, pensar, observar, hacer expresión corporal. Para ello, cada familia pedirá a los docentes, que oriente las actividades para espacios amplios o reducidos, que garanticen el proceso de enseñanza-aprendizaje de esas edades, donde se puedan combinar el aprender haciendo con las actividades propias de una mañana en familia. 

Para los estudiantes de primaria, la familia debe disponer de una mesa, que le permita a la niña y al niño, desplegar sus útiles escolares para disfrutar de sus actividades escolares. Recordar que las y los niños de primero a tercer grado, abren procesos de desarrollo y consolidación de la lecto-escritura. Un proceso cuyas base las viene forjando desde la educación inicial, por lo cual la lúdica, seguirá presente en ese estudiante. La familia vigilará sus tiempos de aprendizaje y lo acompañará con amor, en la formación del gusto por la lectura y la escritura, que deben hacerse de manera divertida, grata, entretenida, que provoque curiosidad, para ello, se apoyará en la Colección Bicentenario, la página virtual de la Revista Tricolor, los contenidos de la Canaimita, buscará cuentos sencillos en la Web, o pedirá libros de cuentos y otros temas a la comunidad y al Centro de Recursos para el Aprendizaje que existe en todas las instituciones, centros y servicios educativos del país. Es importante que durante este período el estudiante construya su método de estudio, con el cual aprender con disciplina y cumplimiento de la responsabilidad, que luego como adulto le garantizará capacidades para asumir los retos que se le presenten en la vida.

Para los estudiantes de cuarto a sexto grado, se garantizará una mesa de trabajo, donde pueda desplegar útiles escolares, la Colección Bicentenario, la Canaimita, teléfonos inteligentes, textos diferentes; que sea un espacio donde el estudiante se encuentre con la maravilla del conocimiento diverso, con el mundo del pensamiento científico, tecnológico, humanista y de las artes, a través de cada una de las áreas del conocimiento. La familia debe acompañar con amor el fortalecimiento de la lecto-escritura que viene de los primeros grados, ahora aprenderá de las distintas áreas del conocimiento, las madres, los padres o adultos responsables deberán ayudarlos a integrar esas áreas a la vida cotidiana que se desarrollan en la familia. Por ejemplo, el cálculo matemático en las medidas de pesos, al cocinar los alimentos, las compras, entre otras actividades cotidianas donde se puedan aplicar estos conocimientos. 

Otra área, puede ser la Historia de Venezuela que vivieron los miembros adultos de la familia para narrarla a los más jóvenes y acompañarlos a investigar. Es un tiempo de complejidad para las y los niños, están cambiando y caminan hacia la construcción de su identidad, por eso, su espacio de estudio debe ser muy agradable. Es un tiempo donde construye su gusto por la ciencia, el humanismo, la tecnología, el arte, es el tiempo de definir su vocación y su familia es su principal ejemplo de vida.

Para el nivel de media y técnica, el educando ha desarrollado más autonomía, así que decidirá como aborda su plan de clases y donde establecerá su lugar de estudio. Su relación será más cercana con el docente, por cuanto las áreas del conocimiento se hacen más complejas. La familia estará atenta a un horario de estudio que no exceda los tiempos que ellos deciden dedicar a otros intereses, que también forman parte de su vida cotidiana. Ellas y ellos mostrarán sus intereses académicos dependiendo de la relación que hayan construido entre las madres, los padres o los adultos responsables y ellos. Así que estas edades hay que llevarlas con calma. La orientación de los docentes será muy importante para que madres, padres y responsables puedan atender las necesidades académicas y no académicas de sus adolescentes.

Para la población con necesidades especiales de aprendizaje, la orientación a las familias y las comunidades, son fundamentales, por cuanto en el país hasta hace poco tiempo, se ha comenzado a visibilizar esta modalidad, dando orientación, creando las instalaciones y profesionalizando a las personas para abordar a esta población, cuyo soporte fundamental estará dada por el amor, al considerar que todas y todos tienen capacidades para abordar procesos de enseñanza-aprendizajes que tributarán a articularse a la sociedad, en el pleno derecho a la libertad.

Cada niña, niño y adolescente es diferente, así haya nacido y crecido en la misma familia. 

Al reconocer que cada nivel y modalidad, tiene sus propias dinámicas y objetivos de aprendizaje, es fundamental que las familias lo conozcan para que pueda organizar la rutina cada día para cada nivel y modalidad. Así podrá acompañar a cada estudiante en su proceso de enseñanza-aprendizaje, según el plan de estudios definido por el docente a partir de los componentes curriculares que deben ser compartidos con las familias. Entonces, no se planifica la rutina como si todas y todos los niños fuesen iguales, así vivan en la misma casa. Puede ser que se tenga poco espacio y no caben todos en la única mesa que existe en la casa.

 ¿Qué podemos hacer? 

organizar el plan de estudio en función de las actividades que se pueden realizar en el espacio disponible; en la elaboración del almuerzo, en la cena, en la recreación... Integrar a los estudiantes de grados avanzados para que apoyen a los más pequeños, es ser familia, por eso el Estado habla de la familia, no solo son las madres, padres, son responsables todos los miembros de la familia. Los planes de estudio deben contar con la participación de la familia, para que se pueda observar esta diversidad y ajustar los mismos a cada particularidad.

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