¿Cuál es la mejor manera de enseñar a un niño a leer?
La mejor forma es con paciencia y paso a paso enseñándole las habilidades necesarias para facilitar la lectura.
Primero que nada, es ideal que tenga buenas habilidades de lenguaje hablado, esto ayuda a la discriminación de los diferentes fonemas al momento de enseñarles cómo suenan las letras al leerlas, especialmente para reducir al mínimo la confusión entre letras que se parecen mucho como la “b”, “d”, “p” y “q”, o las que suenan muy parecido como la “t” y la “d”.
El lenguaje hablado es esencial, ya que la persona que instruya al niño, tendrá que darle instrucciones y explicar, por lo que debe entender eso para progresar rápido.
Ya con esa habilidad adquirida, lo que sigue, es enseñar por asociación, de ahí el por qué los libros de lenguaje traen dibujos como este:
Hay más ejemplos de asociación, en resumen, es enseñarle cómo se escriben palabras que sean familiares para el niño(a), como papá, mamá, galleta, jugo, etc., en este punto es importante resaltar que la repetición es lo más importante, para que adquieran los símbolos y su sonido.
El lenguaje escrito es por pasos, y debe educarse progresivamente de la siguiente forma:
Por fonémas: Se enseña cómo suena la letra si la decimos sola, por ejemplo, la letra t se dice ttt, no “té”.
Por alfabeto: Siguiendo el ejemplo anterior, la t, se llama “té”.
Una vez que ya aprendan cómo suenan las letras solas, se les puede ayudar a mezclarlas:
“¿Qué pasa si juntamos la ttt y la o? ¡to!”, repite conmigo, ¡to!.
Y así se van juntando las letras, usando los sonidos fonéticos, ya con reglas especiales como la q, u otras letras, se irán explicando a la hora de corregir errores comúnes, como leer queremos como “cueremos”; guerra como “guuerra”, u otros.
Por último, la lectura por palabras, es la parte final, para esto, hay que hacer un procedimiento similar al anterior, pero uniendo las sílabas, para eso se usan los clásicos ejercicios de la-le-li-lo-lu, ba-be-bi-bo-bu, etc.
Esa es la mejor forma de enseñar a leer a un niño, es importante la corrección empática para evitar malas prácticas como inversión de letras, omisión o adición de letras al no poder decir algunas palabras, y premiar los avances del niño(a) por más pequeños que sean, lo vital es empezar por lo más pequeño, e ir agrandando las conductas hasta lograr una lectura sin trabas.
Esta respuesta aplica a niños con un desarrollo dentro de la media, en casos especiales como dislexia o autismo se pone énfasis en otras condiciones antes de avanzar a la lectura en sí, buscando conexiones cerebrales que permitan la adquisición del lenguaje sin los efectos adversos de dichas condiciones.